El Senado aprobó la exportación de esta especie endémica de México, sólo cuando se trate de ejemplares cultivados de manera controlada
Maleny Navarro / El Sol de México
En San Juan de la Costa, Baja California Sur, una embarcación se alista para salir al único vivero del país donde se cultiva la totoaba. Deja la playa y viaja cuatro kilómetros para llegar hasta él.
Ahí, en medio del Mar de Cortés, el equipo de la empresa Santomar, conformado por biólogos, veterinarios y buzos, asegura las mejores condiciones para que este pez endémico se desarrolle. Es un ciclo de pesca sostenible que ahora podrá culminar en las mesas fuera de México.
Por ahora el país permite legalmente el comercio de totoaba de cultivo o acuacultura para abastecer sólo el mercado nacional, pero pronto autorizará su exportación internacional como una manera de fomentar su comercio legal y así reducir el tráfico ilegal de este pescado.
El vivero está conformado por siete espacios de cultivo sumergible, en cada uno hay hasta 40 mil totoabas que deben nadar en un ambiente oscuro y frío. Cinco buzos se adentran al fondo para maniobrar la pesca y con el apoyo del resto del equipo cosechan hasta cinco o seis toneladas cada semana.
En México existen tres Unidades de Manejo para la Conservación de Vida Silvestre (UMA) autorizadas a través de una norma especial que rige el marcaje y comercialización: la UABC, en Ensenada; el Centro Reproductor de Especies Marinas del Estado de Sonora, y Santomar, que es el único privado en la lista.
A través de la NOM-169-SEMARNAT-2018 se permite reconocer el movimiento que tienen las totoabas desde la UMA hasta el comercializador final, es decir permitir su trazabilidad.
Para que la totoaba llegue pronto a los comensales fuera de México, sólo falta que la presidenta Claudia Sheinbaum promulgue y publique en el Diario Oficial de la Federación la reforma a Ley de los Impuestos Generales de Importación y Exportación que le envió el Senado.
“Con la finalidad de mantener equidad e igualdad en torno a los productos nacionales cuyo valor en el extranjero puede alcanzar mejores precios para la venta, se busca eliminar la prohibición para su exportación y establecer en consecuencia, los códigos, descripciones y cuotas (aranceles) de importación y exportación, respectivamente”, dice parte de la reforma.
En este ajuste, los senadores se aseguraron de blindar por escrito la prohibición de la exportación de totoaba en vida libre en cualquier presentación. “Las totoabas de manejo intensivo son las únicas sobre las que puede versar el comercio y aquellas en vida libre son un recurso natural endémico de México, y su pesca, aprovechamiento o comercio, están prohibidos por tratarse de una especie en peligro de extinción”, agrega la reforma.
Pablo Konietzko, director ejecutivo de Santomar, cuenta en entrevista con El Sol de México que ya comenzó con los proyectos de mercadeo de la carne de totoaba y adelantó que algunos chefs mexicanos serán embajadores.
“Nos costó muchos años que la totoaba se conociera en México y ahora nos va a costar mucho esfuerzo que se conozca en otras partes del mundo. Sin embargo, hay un déficit mundial de pesca sustentable, de pesca trazable igual que la acuacultura. Entonces, hay una oportunidad enorme en donde la totoaba puede entrar a pellizcar un poco de ese mercado que tanto se necesita de una procedencia legal, trazable y sustentable”, afirma Konietzko.
No es un hecho todavía, pero el director ejecutivo tiene en la mira a Inglaterra pues la carne de totoaba ha resultado ideal para uno de los platillos típicos de Reino Unido: fish and chips.
“Cuando entre en vigor empezaremos a dar muestras, que la gente lo conozca, que la gente lo pruebe y, por supuesto, los chefs van a ser los que nos ayuden en eso. Tenemos en vista países europeos que valoran mucho la buena calidad, saben comer muy bien el pescado. Tan sólo en Inglaterra hay un déficit de 2.6 billones de euros en pescado blanco, así que si pellizcamos un poco de eso nos va a ir muy bien”.
Konietzko cree que la totoaba no tiene ningún competidor porque es una especie única y así la van a posicionar. “La totoaba es el icono; el tesoro del Mar de Cortés y bueno, ese es el atributo. Así como se vende el tequila, así como se vende el mezcal, ahí se va a vender una totoaba y nuestros embajadores van a ser los chefs mexicanos alrededor del mundo”, declara.
Marina Robles, subsecretaria de Biodiversidad y Restauración Ambiental de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), agrega que la totoaba de cultivo que es producto que está protegiendo a una especie del comercio ilegal.
“Se aprobó en el Senado la última fase que se necesitaba para que sea posible exportar carne de totoaba proveniente de granja, eso es un gran logro en nuestro país, forma parte de la estrategia de protección de esta especie. Me parece fantástico, es una de las cosas que desde la Semarnat yo estuve impulsando”.
Cultivo sustentable de totoaba: así opera Santomar con altos estándares de bienestar
Santomar tiene la certificación Best Aquaculture Practices, que autentifica los procesos de acuacultura pues cría, alimenta, cosecha y procesa a este pez endémico.
Su proceso comienza en el puerto de Pichilingue, en el criadero de totoabas. La fase larvaria de la totoaba dura alrededor de 30 días, luego los peces se transfieren hasta un tanque de preengorda donde alcanzan tallas de 15 a 20 gramos y son alimentados con plancton que también producen ahí. Luego se van a la granja en El Chileno, un barco que los traslada en dos contenedores a los viveros sumergibles, y cuando su peso llega a tres kilos ya son comerciales.
Santomar tiene la certificación Best Aquaculture Practices, que autentifica los procesos de acuacultura pues cría, alimenta, cosecha y procesa a este pez endémico
El personal en altamar monitorea a través de robots submarinos la salud de las totoabas. Luis Jaimes, el veterinario de esta granja donde, asegura que no solo cuidan a la totoaba para reintroducirla a su ambiente, en cuestión de liberación, sino que es una manera de cuidar a la población al darles un alimento de proteína de origen animal de buena calidad.
Cristian Saldias, gerente de producción de Santomar, agrega que ha sido un pez cultivado con mucho cuidado, con la mayor preocupación por su bienestar y con los mayores cuidados en términos sanitarios y de higiene.
Y le dice a los próximos comensales: “Puede estar seguro de consumir un producto totalmente sano y delicioso. Los cuidados que tiene el pez durante el ciclo de vida son de mayor nivel, siempre están en muy buenas condiciones de cultivo, hay mucha preocupación en la línea productiva por el bienestar animal”.
Santomar cumple 10 años y suma 270 mil ejemplares reintroducidos al mar
Además de fijar esta meta, Santomar mantiene su proyecto de liberación de totoabas, que este año cumplió una década, con el que 270 mil han regresado al mar.
En 1991 la totoaba fue declarada oficialmente en peligro de extinción y actualmente continúa enlistada en la NOM-059-SEMARNAT-2010, aunque las acciones de repoblación implementadas contribuyen, poco a poco, a su recuperación.
Santomar mantiene su proyecto de liberación de totoabas, que este año cumplió una década, con el que 270 mil han regresado al mar
A cinco horas de los viveros de Santomar está la playa Santispac, en el municipio de Mulegé, donde este año liberaron 40 mil crías de totoaba que tenían alrededor de 60 días de vida.
Antes de que las totoabas arriben al vivero en medio del mar, pasan por un proceso de cultivo en una granja controlada donde las crían y alimentan. De ahí salen los ejemplares que cada año son reintroducidos a la vida silvestre.
“Yo no conocía nada a la totoaba y no sabía que estaba en peligro de extinción. Es una experiencia que contar porque estás contribuyendo a repoblar y puedes ser parte del cambio”, cuenta Irlanda Elizabeth, quien acudió a la liberación en compañía de su amiga Alma Luz.
De acuerdo con la Semarnat, esto permite que se recuperen las poblaciones silvestres de totoaba para alejarla de la extinción, como ha ocurrido con otras especies recuperadas en México, como el cóndor de California y el lobo mexicano.
Fernando Gual, Director General de Vida Silvestre de Semarnat, explicó en entrevista con este diario que retribuir al mar un grupo de totoabas es una forma de hacer conservación.
“Gracias a la iniciativa y al esquema de las unidades para la conservación de la vida silvestre se pueden lograr este tipo de actividades que involucran también a la comunidad, que son quienes eventualmente van a conservar estos recursos, y es parte de la educación ambiental. Qué mejor que en el Golfo de California que es un lugar rico en especies silvestres y la totoaba es representativa de este golfo”, dijo.
Fuente: milenio.com